Este jueves 16 de septiembre conmemoramos el día internacional de la preservación de la capa de ozono. Este día nos recuerda la importancia de buscar formas de desarrollo acordes al cuidado del medioambiente y la creación.

Sin la capa de ozono, nuestra vida en la tierra sería imposible, pues nos protege de los efectos dañinos de los rayos solares. Sin embargo, la contaminación producida por distintos refrigeradores antiguos, insecticidas y aerosoles que emitían gases CFC, generó daños importantes en esta capa durante la década del ochenta.

Afortunadamente, los esfuerzos internacionales han demostrado que no todo está perdido. La última evidencia científica indica que la capa de ozono ha logrado regenerarse lentamente y se espera que, si seguimos disminuyendo nuestras emisiones de CFC, el agujero en el polo sur se cierre en el 2060. Esto nos da esperanza de que, cuando trabajamos unidos, efectivamente podemos mitigar los daños que hemos causado al medioambiente. Es sumamente importante hacernos conscientes de esto último, pues estamos todos juntos en esta misión. Tal como menciona el papa Francisco “Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos”

Como equipo de EcoClaret y Pastoral Educativa llamamos a un uso responsable de aerosoles e insecticidas, para seguir contribuyendo a la preservación de la capa de ozono y, por tanto, al cuidado de la creación de Dios.