Hoy y siempre resuenan sus palabras que fueron y serán soporte, guía y contención para quienes compartimos con él,  y  hoy a dos años de su partida,  atesoramos  su invaluable legado educacional y su huella imborrable en nuestros corazones. 

Palabras del Padre Gustavo Verdugo Lazo, CMF.

Querido hermano Teodoro, vivimos tiempos difíciles, inmersos en una pandemia que nos hace caminar con cierta incertidumbre, muchas veces tenemos miedo o nos entra una sensación de inseguridad de esas en las cuales podíamos mirar tu rostro sereno pero seguro, que nos hacían encaminarnos nuevamente en los desafíos que nos proponías y que salían de tu cabeza llena de proyectos e ideas inimaginables para muchos.

Son tiempos en los que vivimos pérdidas, cambios en nuestra vida familiar, en nuestros trabajos y en lo que es tan importante para nosotros como es la posibilidad de llegar hasta nuestros estudiantes para cumplir nuestra misión.  Hemos hecho esfuerzos y nuestros profesores y personal en general ha puesto lo mejor de sí para responder a este desafío. Sé que es lo que esperarías de nosotros y nos estarías motivando silenciosamente y por estos días en más de alguna reunión por zoom.

No estás por zoom, pero si en nuestro recuerdo y para los que te logramos conocer no podemos olvidarnos de preguntarnos cada día qué es lo que esperarías de nosotros en estas circunstancias, seguro que las soluciones no serán las perfectas, porque ninguna es perfecta, pero si lo haremos con la mejor intención de que lo que hagamos siempre estará en la búsqueda de lo mejor.

Por eso te pedimos que nos ayudes, tú que de seguro estarás más cerca del Señor por estos días, pídele a él que ilumine nuestros pasos y nos siga haciendo fieles a nuestra misión en la Iglesia y en nuestros queridos Colegios Instituto Claret y Escuela Especial Claret.  Nosotros seguiremos recordándote y buscando por todos lo medios posible continuar con nuestra misión como tú lo harías.

Gracias por tu ejemplo, gracias por tu dedicación, gracias por tu testimonio.

Tu hermano, que te recuerda y te extraña.

Gustavo Verdugo, cmf