El 8 de noviembre comenzó el mes de la Virgen, una de las costumbres religiosas más bellas y arraigadas en nuestro país y como claretianos nos unimos a la iglesia universal para rezar con nuestra Madre.
Para la familia Claretiana, la figura del Corazón de María es fundamental, porque, en primer lugar, la Congregación de los Claretianos lleva por nombre Hijos del Inmaculado Corazón de María, ya que el padre Claret, destacaba las cualidades de su Corazón, y quería que fuésemos sus hijos, que camináramos de su mano, que nos forjara como misioneros en el fuego de su amor y que fuese ella misma quien nos lance a la misión.
Es por esto que queremos pedirle que durante este mes, acompañe nuestro caminar, que guíe nuestros pasos, que vele nuestros juegos, que comparta nuestras alegrías y tristezas y hemos puesto en el patio del colegio una bella imagen de María que nos permitirá mantenernos conectados en este mes tan especial.
Se dice que cada Ave María es una rosa que ofrecemos a nuestra Madre. Por eso, cada vez que se reza el Santo Rosario, es como si se depositara una corona de flores a los pies de nuestra Madre María. Cada uno de los cursos de nuestra sede centro, el pasado lunes, escribió un mensaje en la oración de la mañana, mensaje que se colocó en el interior de los globos que formaron un gran rosario en el patio central de la sede centro.
Este rosario se elevó al cielo para llevarse consigo todos los buenos deseos de nuestros estudiantes y recorrerá el cielo de nuestra ciudad, como anuncio de la presencia de esta Madre Amada que no nos abandona, que camina a nuestro lado, que nos guarda en su corazón y nos protege con su manto.
Porque estamos orgullosos de ser Hijos del Inmaculado Corazón de María pedimos a ella que interceda por toda la comunidad educativa.
¡Feliz Mes de María!